lunes, 5 de mayo de 2014

Visita: Capricho y Castillo de Barajas

La próxima salida prevista será para el día 11 de mayo.
Visitaremos el Parque del Capricho. Hemos quedado en la puerta de acceso al reciento las 10:30 h.

Dirección: Paseo de la Alameda de Osuna, s/n
Metro: El Capricho (L5)
Bus: 101, 105, 151

Un paseo por uno de los parques más bellos de la ciudad de Madrid para disfrutar de los olores de los lirios,  la música del agua,  las historias de los  fundadores del parque y las leyendas mitológicas. 

Después haremos una visita guiada al Castillo de Barajas


Poema "Los Jardines"  de Jorge Guillén

Tiempo en profundidad: está en jardines.
Mira cómo se posa. Ya se ahonda.
Ya es tuyo su interior. ¡Qué trasparencia
de muchas tardes, para siempre juntas!
Sí, tu niñez: ya fábula de fuentes.




Parque del Capricho 
(texto de la web esMADRID.com)

El jardín El Capricho de la Alameda de Osuna es uno de los espacios verdes que conforman el patrimonio artístico-natural de Madrid. Se trata de uno de los parques más bellos de la ciudad y, paradójicamente, es todavía un gran desconocido para los madrileños.


Este jardín de 14 hectáreas, ubicado en el distrito de Barajas, nace sobre 1784 cuando los Duques de Osuna, una de las familias más ilustradas y poderosas del momento, adquieren esta finca para dar rienda suelta a sus inquietudes artísticas y para alejarse de la gran ciudad. Fue la duquesa, doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, la principal impulsora de este parque. Considerada como la mujer más inteligente de la época y protectora de artistas, toreros e intelectuales, creó en la finca un auténtico paraíso artístico-natural frecuentado por las personalidades más ilustres de la época y en el que trabajaron los artistas, jardineros y escenógrafos con más prestigio.

A la muerte de la duquesa, su primer nieto heredó el ducado de Osuna y con él El Capricho. Sin embargo, cuando muere, el ducado de Osuna pasó a manos de su hermano, con quien llegaría el primer declive. Auténtico derrochador y de carácter excéntrico, perdió toda la fortuna familiar por lo que a su muerte, la finca hubo de ser subastada para liquidar sus deudas. Pasó entonces a manos de la familia Baüer. A pesar de que mantuvieron el paraje en un aceptable estado de conservación, su decadencia ya no tenía marcha atrás y poco a poco fueron vendiéndose sus pertenencias.

Durante la Guerra Civil, lo que había sido un lugar de recreo se convirtió en Cuartel General del Ejército del Centro, de cuya época queda un entramado de búnkers que recorre el jardín. Finalizada la guerra, la finca pasó por manos de varias inmobiliarias hasta que en 1974 el Ayuntamiento de Madrid comprase el parque y varios años después comenzase su restauración. Tras varios periodos de abandono, fue recuperado en 1999, trabajo que en 2001 le valió el diploma Europa Nostra.

Desde la web del Ayuntamiento de Madrid nos podemos descargar un plano del parque

Castillo de Barajas o Castillo de la Alameda

(texto de la web TurismoMadrid.es)

Finales del siglo XIV o principios del XV
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 22 de abril de 1949


El origen de El Castillo de Barajas se remonta a finales del siglo XIV o principios del XV, y se vincula a la familia Zapata, que ostentaba el señorío que se extendía por las villas de Barajas y La Alameda. Se ubica en una zona de alto valor arqueológico, donde está constatada la presencia de asentamientos humanos desde la Prehistoria.

Reformado durante el siglo XVI, cuando fue transformado en palacio renacentista, la fortificación constituye uno de los escasos restos de arquitectura militar de la época conservados en el municipio.

Tal y como ha venido ocurriendo con otras edificaciones históricas, tras caer en desuso en el siglo XVIII, el castillo sirve como fuente de material de construcción para los habitantes de la zona, lo que contribuye a su profundo deterioro, especialmente notorio durante el siglo XIX. Años más tarde, el enclave retoma su función militar al ser utilizado como fortín durante la Guerra Civil española, cuando también se construye en la zona un nido de ametralladoras.

El conjunto del Castillo de Barajas se articula a través de dos recintos formados por el cuerpo principal del edificio y el espacio que delimitaba la barbacana. De planta rectangular y esquinas redondeadas, la superficie del castillo escasamente supera los 200 metros cuadrados. Se alza con muros de mampostería caliza y presenta los restos de lo que fueron dos torres. Una de ellas, la torre del homenaje, tiene planta cuadrangular y se levanta en el ángulo noroeste del castillo, mientras que, la segunda, de planta cilíndrica, se ubica en el extremo sureste. El interior del castillo estaba conformado por un recinto con dependencias auxiliares organizadas en torno a un patio, que se complementaban con las estancias de la citada torre del homenaje.

Rodeando el castillo, a unos 4 metros del mismo, se encuentran los restos de la barbacana, de los que únicamente se conservan trozos de relleno del muro de medio metro de altura. Completando el conjunto, se disponía un foso que rodeaba el fortín, del que ha llegado a nuestros días los flancos este y oeste.

Junto con el castillo propiamente dicho y los restos prehistóricos, el conjunto histórico se completa con la Casa del Guarda, un nido de ametralladoras de la Guerra Civil y el panteón que la familia Fernán Núñez construyó en los alrededores en 1898, que todavía se encuentra en uso.


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